Hace mucho tiempo que mi madre lleva repitiendo un mantra curioso: “Ya está todo inventado, lo que se hace es adaptarlo al momento”. Pero no es la única. Mark Cousins, crítico e historiador de cine, también afirma que todas las historias ya han sido contadas, que solo cambia la técnica y la forma en la que se cuentan. Y no habla de casos aislados. Esa máxima se repite y podría aplicarse en muchos ámbitos: la música, el cine, la televisión… Y nos brinda la ocasión perfecta para pararnos a reflexionar sobre esa palabras que no dejan muy bien, a priori, a los artistas contemporáneos.
En realidad, este pensamiento no tiene por qué ser inherentemente negativo. Cierto es que tenemos miles de años de historia y que desde etapas remotas como la prehistórica, ya contábamos con las primeras expresiones artísticas y culturales. Desde ese momento, la humanidad ha disfrutado de numerosos artistas de todo el mundo que han aportado, cada uno en su espacio de conocimiento. Filósofos, pintores, escultores, escritores, cantautores, dramaturgos y un largo etcétera han puesto su granito en la larga tradición que nos ha guiado hasta el momento en el que nos encontramos. Por ello, es fácil decir que “ya está todo inventado” por razones numéricas obvias, pues parece que ya no se puede añadir nada más.
Seres creadores y creativos
Otra de las razones que se puede argumentar para sostener esta idea es aquella que proclama que somos testigos de una época con cierta parálisis de creación artística y cultural. Es decir, que ya no se observan movimientos, por ejemplo, literarios, tan marcados y encuadrados en un tiempo como sí los ha habido a lo largo de la historia (Renacimiento, Barroco, Romanticismo…). Quizás no sea necesario “inventar” nada, quizás lo que se necesite en momentos como los que vivimos ahora sea volver la vista atrás para buscar todo lo que hemos perdido en este último recorrido. Pero no seamos pesimistas, si lo fuéramos caeríamos en la trampa de creer que el ser humano ha llegado a su fin como especie creadora y creativa.
Lo que nadie duda es que estamos en una época de muchísima circulación de información. Estamos más conectados que nunca y tenemos a nuestro alcance en diferentes dispositivos y plataformas muchísimo contenido como nunca habíamos tenido. La incógnita a la que nos enfrentamos es hacia dónde nos dirigimos. En pocos años, los cambios se han sucedido muy rápidamente, han surgido nuevos elementos y desaparecido otros a una velocidad estratosférica. Esto nos coloca en un momento de tránsito, en el que no sabemos qué rumbo va a coger el devenir de nuestro entorno. Todo esto influye en la manera en la que evaluamos las cosas. Al ir todo más rápido, queremos marcar claramente cada etapa, pero la falta de perspectiva temporal provoca un estudio pormenorizado que permita definir los propios límites.
Tocar fondo para alzar el vuelo
Bajo la tesis de que «ya está inventado todo», no podemos verlo como un aspecto negativo. Muchas veces, es necesario tocar fondo artísticamente para buscar nuevas fórmulas de renovación. Es un momento de pausa, de calma y de reflexión. Si nos encontramos en un punto en el que no se producen obras, momentos y etapas relevantes, y a eso le sumamos la velocidad a la que se desarrollan los cambios en nuestra sociedad, lo que nos queda es una época de estancamiento. Y quizás esa es justo la oportunidad de repuntar de nuevo y producir nuevas obras que marquen su propia etapa y, a su vez, el camino. Todo esto, un poco al estilo propio -que no exclusivo- de los cantautores: que, en el momento de más tristeza y sentimientos negativos, es el instante perfecto para componer sus mejores piezas.
Al ritmo de una guitarra, de un trazo, de un pincel, de un parlamento o de una escena, innovemos y creemos. Creemos otros modos y otras modas; si no, estamos muertos. Con esta sentencia, que se la cojo prestada a una persona a la que admiro mucho, quiero terminar. Renovemos e innovemos. Se lo debemos a la historia.
Recuerda que puedes suscribirte al blog en el cuadrado de la derecha (justo debajo de los comentarios si estás en el móvil) y recibir en tu correo electrónico un aviso cada vez que publiquemos. ¡Gracias!
Estudio Ciencias Políticas y Sociología en la UC3M y combino mi pasión por los fenómenos políticos y sociales con la cultura, elementos indisociables de una misma y compleja realidad. Desde pequeño me ha encantado escribir y lo utilizo como manera de evasión y difusión.
Totalmente cierto ,debemos rescatar el Arte y devolverle al lugar que corresponde , el nos salvará a nosotros