Desde muy jóvenes se nos obliga a decidir entre números o letras; entre ciencias o humanidades. Se dice que las primeras buscan soluciones -dinámica individual- y que las segundas plantean problemas -dinámica social-. Sin embargo, en este artículo trataremos de desmontar las aparentes diferencias que impiden la conjunción de estos dos ámbitos de estudio tan generales.
Es cierto que podemos entender la ciencia como parte de la cultura a través de su divulgación. De hecho, la cultura científica puede contener el mismo valor para una persona que el que tiene aprender a leer o a escribir. Es decir, forma parte de la cultura general.
La transformación de la divulgación científica
La llegada de los nuevos medios y formas de comunicar ha permitido que la divulgación de la ciencia evolucione de manera considerable durante este siglo. Así, la mayoría de medios de comunicación ofrecen una o varias secciones dedicadas al análisis y la investigación científica.
Es aquí donde nace la fusión entre literatura y ciencia, con ejemplos como la revista Ballena Blanca, de eldiario.es, o en el mundo radiofónico con podcasts como Catástrofe Ultravioleta o A Ciencia Cierta. En ellos, los participantes combinan el conocimiento científico con las capacidades y técnicas de difusión y redacción propias de los profesionales de la comunicación, lo cual nos lleva confirmar la inexistencia de la barrera que separaría sendos campos.
Ciencias para todos
Ha llegado la hora de decir adiós al nicho exclusivo del aprendizaje científico que reunía casi de forma exclusiva a quienes dirigían sus estudios a las ciencias exactas. Los medios de comunicación generalistas utilizan ahora un lenguaje asequible –titulares exentos de tecnicismos-, con multitud de ilustraciones y todo tipo de formatos en cuanto a la difusión de ciencia y tecnología. En pocas palabras, ideas atractivas que permiten entender conceptos complejos en unos pocos minutos.
Esta tarea puede resultar complicada -hacer fácil lo difícil-, y es por esto que muchos científicos han tomado protagonismo en la difusión a través de medios de comunicación. A su vez, el periodismo especializado en ciencia y naturaleza se impulsa cada vez más, y con todos estos aportes se logra que cualquier lector, oyente o espectador de tipo medio pueda nutrirse del saber científico y aplicarlo en su vida.
El objetivo final es poder relatar los sucesos de una expedición científica al Ártico como si de una novela se tratase; o realizar lo propio en el mundo de la escena -un ejemplo es la serie The Big Bang Theory-.
¿Y en el futuro?
Una vez planteada la ciencia como saber popular, es necesario dar un paso más. Es aquí donde reside la importancia de la Universidad -entendida como institución-, con la interacción entre futuros físicos, químicos o ingenieros y periodistas, escritores o realizadores audiovisuales, todo ello con el apoyo de las redes sociales. De este modo, se intenta alcanzar el concepto de cultura científica, de la dinámica social de la ciencia.
Solo así entenderemos por qué es fundamental que un niño vea los documentales de La 2 o que un adolescente conozca cómo se origina el efecto invernadero.
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Soy muy práctico: todo lo que aprendo quiero plasmarlo en la vida cotidiana. Curso el doble grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, por lo que comunicar es una de mis pasiones. Preocupado por el medio ambiente, apasionado por el arte, extrovertido por la vida… combino todo esto como puedo.