Madrid se despierta fría: noviembre empieza a pasar factura por las mañanas. Cuando suena el despertador, aún no sé el lugar exacto donde nos encontraremos. En el móvil recibo unas coordenadas: me invita a reunirme con él a la salida de una conferencia de Twitter España. En la vida real, Borja Terán (Santanter, 1981) es la misma persona afable y distendida que me amenaza por redes sociales («¡No me trates de usted o te mato!»). Su cuna, Radio Televisión Española (RTVE), lo ha visto madurar como periodista, y su evidente predilección por la televisión lo ha llevado a colaborar con el diario La Información, la Cope, Globomedia y, actualmente, con la icónica Julia Otero en Julia en la Onda. Sus análisis, tan certeros como veraces, lo convierten en una figura clave del panorama audiovisual español. Mientras conversamos en una cafetería cualquiera en pleno centro de Madrid, percibo el brillo de sus ojos, la pasión en sus respuestas y su profundo conocimiento sobre los tejemanejes de la del medio… De pronto, la mañana se ha vuelto un poco más cálida.
¿Es la televisión la caja tonta? “La televisión es el medio de mayor inmediatez y alcance, de ahí su fama de caja tonta, en parte por el desdén con el que siempre ha sido tratada desde el resto de medios de comunicación tradicionales. Creo, sin embargo, que es más una cuestión de tratar de quitarle hierro y desprestigiarla. En realidad, la caja es muy lista. En primer lugar, porque nos permite descubrir cosas novedosas mediante formatos de entretenimiento (como una canción en Tu cara me suena), pero también porque es una plataforma que amplifica la creatividad y la cultura de todo un país”.
Se suele que decir que es el medio donde más se manipula… “Tanto como en cualquier otro. Lo importante de la televisión es que ofrezca herramientas al espectador para usarla de forma crítica. En la época dorada de los 80, programas infantiles como La cometa blanca o La bola de cristal ofrecían a las nuevas generaciones una batería de herramientas para consumir el propio medio empleando el raciocinio. En el espacio que presentaba Alaska, sin ir más lejos, solían decir: ‘Si en 15 segundos no has imaginado nada, tal vez deberías ver menos la tele’. Es una pena que nuestros políticos se obsesionen con controlar los informativos cuando son los programas de entretenimiento los que crean músculo cultural, creativo y crítico. Gloria Fuertes es un exponente de todo eso”.
El fenómeno ‘OT2017’, YouTube y la caja tonta
¿Cómo repercuten las narrativas de las redes sociales en las de la televisión convencional? “La televisión no ha aprendido nada aún de las nuevas narrativas de las redes sociales. El único progreso que han hecho en ese sentido es emplearlas como materia prima, una fuente de acceso para obtener información rápida; cada vez es más frecuente que construyan noticias en base a un tuit viral de Twitter. Ahora la prensa rosa puede elucubrar a partir de una foto que un famoso ha subido a su Instagram, lo tienen mucho más fácil. Lo que realmente deberían hacer en este medio es digerir la sobreinformación de las plataformas digitales y lograr el efecto contrario: que sus contenidos tengan tanta repercusión que se consuman en las redes y no a la inversa. Por desgracia, en Internet hay mucha información tóxica”.
Operación Triunfo y su uso de YouTube ha revolucionado el panorama televisivo en España. ¿Será capaz la televisión de hacerle frente? “YouTube nunca le va a quitar el pedazo de tarta que le corresponde a la televisión. Al contrario, es una herramienta complementaria; crece en redes sociales. Si Operación Triunfo 2017 no se hubiera gestado en las redes sociales, hubiera sido un completo fracaso. De esta forma, se creó un caldo de cultivo que permitió conocer a los concursantes previamente. La gente se enganchó a ellos. Además, estaba todo muy bien organizado, se sabía todo lo que iba a pasar en el canal de YouTube y se gestionó como un canal tradicional, con horarios. Lo que es más, Twitter, el año pasado, estaba plagado de fragmentos de OT y eso generaba una curiosidad extra para ver lo que ocurriría luego en las galas”.
“YouTube ya ha tocado techo, es hora de que se reinvente»
¿Tiene la televisión fecha de caducidad? “YouTube no es el enemigo de la televisión, sino un complemento. Los expertos que dicen que terminará comiéndosela mienten. Lo que sí es cierto es que la televisión ya no solo se consume a través del televisor. Por eso es necesario que se adapte a las nueva ventanas de consumo. Para ello se precisa también de una interfaz accesible y sencilla. Esta es la asignatura pendiente de las cadenas españolas. Por ejemplo, los contenidos de RTVE a la carta se ven interrumpidos continuamente por la misma promoción (algo injustificado teniendo en cuenta que se trata de una cadena pública) y este tipo de cosas resultan exasperantes para el espectador. En cualquier caso, yo soy de la opinión de que YouTube ya ha tocado techo y que ya le llega el turno de reinventarse”.
Y sin embargo algunos hablan de un proceso de migración hacia lo digital… “Lo que está claro es que YouTube nunca será la alternativa a la televisión. La principal diferencia es que esta plataforma es muy interactiva, donde el usuario va a consumir cosas de menor duración, como videoclips. También con Operación Triunfo se ha confirmado el auge de los canales 24 horas en directo, pero siempre con vistas de luego enganchar a la audiencia a la pequeña pantalla. En definitiva, las cadenas tendrán que enseñar su patita en YouTube, pero su televisión a la carta debe alojarse en espacios que ellos controlen para conseguir beneficios netos. De este modo, no habrá competencia, sino que se creará un tándem entre lo analógico y lo digital. Porque Internet nunca podrá sustituir la emisión en directo, que te acompaña durante todo el día y que cuenta con una inversión publicitaria fortísima”.
David Broncano y realidad aumentada: ¿es eso lo que necesita la televisión para regenerarse?
La Resistencia es un claro ejemplo de fusión: sabe a qué público está dirigido y crea estrategias para conectar con él. ¿Qué cree usted? “El ejemplo de La Resistencia es muy curioso, porque viene de un programa de radio, La vida moderna. Un espacio radiofónico que, a su vez, tiene mucha más audiencia en YouTube que en la radio tradicional. El problema de la televisión de pago es que siempre ha sido muy fría: o te abonas por el deporte, o por el cine de estreno. Ahora, para lograr visibilidad, se necesitan rostros más cálidos. De ahí el canal #0, que cuenta con una cantera de caras que son potentes, como Buenafuente. En tiempos de Canal +, se descodificaba durante un par de horas un programa para enganchar a la gente. Ahora se hace lo propio en YouTube. La Resistencia es un caso muy interesante porque ha sabido crear marca; en las redes sociales no tienen un community manager, sino un guionista. Así, a través de Twitter se van creando conversaciones y tramas que sirven para que la gente se enganche el programa.”
Hace poco, Atresmedia introdujo la realidad virtual con la irrupción de un AVE en el plató. ¿Son lo suficiente contundentes este tipo de novedades para retener a espectadores o atraer a otros nuevos? “No. La realidad aumentada es una pijada, pero no ha servido para nada. Si se utiliza bien, es útil para romper el ritmo de los programas. Eso es algo que está haciendo muy bien Al rojo vivo, porque aparece un AVE y te asustas. Eso sí, no tiene mucha utilidad ni repercusión. Aunque si haces un efecto como los de los meteorólogos, puedes crear viralidad, lo cual conlleva también más visibilidad de sus contenidos. Pero creo que será una moda pasajera. Su utilidad no va más allá de dar a conocer programas que empiezan o de dinamizar otros que son maratones noticiales, pero, al final, lo que va a seguir vigente es el centro periodístico. Cambian las ventanas, cambian las tecnologías, pero nunca cambiará saber contar historias con mirada propia. Eso va a imperar siempre. Al final, la audiencia verá un par de veces estos efectos especiales y, cuando se acabe el efecto novedoso, se terminará cansando”.
“No podemos dejar el peso cultural de España en las manos de Netflix: es muy peligroso»
¿Netflix terminará por conquistar la televisión tal y como la conocemos hoy? “Las series en la televisión española han maltratado mucho al espectador por la competencia feroz, sobre todo a partir de la crisis. Que en España se haya vejado al público de series no quiere decir que Netflix sea la solución; es, simplemente un videoclub gigante con ansias de colonizarnos, pero no podemos dejar que lleve él todo el peso cultural. Al final, lo que hace esta empresa está sesgado por su propio mercado y sus intereses privados. Dejar en sus manos la industria cultural española sería un error muy peligroso. Necesitamos una RTVE fuerte”.
¿Dónde radica el éxito de estos videoclubs digitales? “En que han sabido sacarle partido a la falta de paciencia de las nuevas generaciones. Netflix, sin ir más lejos, te permite hacer maratones, pero en realidad hay truco: tanto los capítulos como las temporadas son más cortos. Esto es, han creado un nuevo tipo de fidelidad. Ya no es necesario generar intriga capítulo a capítulo, semana tras semana, pero las ficciones siguen siendo suministradas por dosis. Gracias a la fórmula de Netflix sentimos que tenemos el poder. Nada más lejos de la realidad”.
“Los tiempos de Fran Llorente fueron los de mayor independencia de TVE”
Sus inicios en el periodismo especializado están muy ligados a la RTVE. ¿En qué cree que ha cambiado la televisión pública desde entonces? ¿Goza de buena salud en las manos de Rosa María Mateo? “Es complicado. TVE siempre ha sido un retrato de lo que somos, para bien y para mal. Y en épocas de mediocridad, también ha sido un reflejo de la mediocridad. Yo creo que Rosa María Mateo tiene muy buenas intenciones, porque es una periodista que ha vivido la censura, incluso la despidieron por ser independiente. El problema es que en las sesiones de control, todos los partidos hacen trinchera política, lo que importan son los titulares”.
Entiendo que no siempre fue así… “No. Por un lado, la televisión pública ha tenido momentos de independencia en informativos, donde destaca la etapa de Fran Llorente. Él demostró que son posibles unos telediarios plurales que no dependan del poder. Y por otro lado, en el ámbito de la creatividad, ha habido pasajes muy interesantes tanto en los años 70 como en los 80, donde en el ámbito de los programas sí que hubo una apasionante libertad creativa. Ahí destaca la figura de Pilar Miró: se puso de directora general a una trabajadora de la televisión pública, que era conocedora de la situación de la institución. Pilar Miró decepcionó a muchos pero, en mi opinión, hizo un gran trabajo para modernizar la televisión y hacerla más competitiva, ante la inminente llegada de las privadas. Ahora hay directivos que tiene muchos prejuicios con el medio y no tienen la intuición suficiente para arriesgar creativamente, que es lo que se necesita en España”.
“El concurso es muy turbio, lo ganará el más mediocre”
Entonces, ¿qué sería lo ideal? “Hay que tratar al espectador con la inteligencia que merece. En Julia en la onda estoy rescatando muchos fragmentos de los 80 que, hoy en día, no saldrían adelante porque arriesgaban, jugaban con la imaginación. Siento que los políticos van a matar entre todos a la TVE, porque son mediocres y no tienen ni idea; les da igual la sociedad. Lo que predomina es la viralidad, dejar en evidencia al otro, y nos olvidamos de que aquí estamos para construir un país mejor. Al igual que la educación, la televisión es un motor cultural muy importante. Para movilizar la cultura hay que hacer pensar a la gente, y eso se logra desconcertando”.
¿Y cómo ve RTVE en un futuro? “Vamos a ver quién sale elegido. El concurso creo que es un poco turbio, no lo sé, ya lo comprobaremos. Quiero esperar a la resolución, hay gente muy interesante prosperando pero me da la sensación de que va a ganar el más mediocre…”.
¿Pero es optimista? “Soy optimista porque está Fran Llorente con un cargo importante. Él tiene la oportunidad de reinventar la TVE porque es independiente, entiende los entresijos de la televisión pública. Es un requisito indispensable conocerla porque es una empresa muy complicada: tiene muchos vicios, incluso a los propios trabajadores les cuesta hacer autocrítica y están muy politizados de ambos lados. Hay algo que pasa mucho en este país: todos quieren una TVE pública e independiente, pero la gente cree que la independencia es su propia ideología. No. A veces, los partidos políticos dicen que quieren una televisión independiente, pero luego quieren poner en la presidencia profesionales ajenos al medio y que cuenta con una línea editorial muy clara, cometiendo el mismo error que el otro. La independencia es la independencia. Fran Llorente es el único que nos puede salvar de todo esto”.
“TVE necesita un programa transversal, donde el entretenimiento promueva la cultura»
Programas de La 2 como La hora musa apuntan hacia una regeneración de los programas musicales en televisión. ¿Qué opina? “En la década de los 60, la TVE llegó a tener una veintena de programas musicales en emisión de forma simultánea, clasificados por géneros. Estaban los más comerciales como Aplauso o Tocata, y otros que eran más experimentales. Se habla mucho de que la televisión ha de proteger el cine, el arte, la literatura… pero nos estamos olvidando de que la música también es cultura. Llega un punto en que parece que la música en la pequeña pantalla en España no evoluciona. No obstante, su deber es darle visibilidad a todo tipo de estilos y géneros. La hora musa, aunque sea un programa minimalista y sencillo, lo hace muy bien a la hora de poner el foco sobre la importancia de esta arte. Sin embargo, no solo se puede apoyar a Iván Ferreiro y a otros artistas indies de este estilo. Debe predominar la pluralidad”.
Usted defiende, ante todo, una televisión divulgativa… “Completamente. Lo que necesita TVE es un formato transversal, un programa de entretenimiento como los de Buenafuente o Broncano que dé cabida a todo tipo de cultura a través del divertimento. Lo que no se puede hacer es relegar a La 2 todos los programas culturales soporíferos, porque lo que necesitamos es un espacio híbrido. Con el estreno de Lo siguiente, sin ir más lejos, han cometido un error garrafal: promueven la cultura, sí, pero la mainstream. La industria que más apoyo económico tiene es, paradójicamente, la que más se promociona. Otro aspecto que le ha pasado factura a la televisión pública es la ausencia de directores artísticos. En los 70 y 80, las puestas en escena de la cadena nacional eran míticas. Ahora solo se realiza bien en Eurovisión. De resto, todo se improvisa”.
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Estudio Ciencias Políticas y Sociología en la UC3M y combino mi pasión por los fenómenos políticos y sociales con la cultura, elementos indisociables de una misma y compleja realidad. Desde pequeño me ha encantado escribir y lo utilizo como manera de evasión y difusión.