Un libro, un poema y una canción —como una incipiente flor amarilla— son solo tres momentos cotidianos que, en este año un poco regulero, nos recuerdan por qué vale la pena seguir viviendo con la misma ilusión.
Crónica de un alumbramiento
Me pierdo entre las calles de una ciudad que no reconozco. Se me empañan las gafas. Los rostros, parcialmente desfigurados, me resultan extraños. Deambulo, ajeno a mà mismo, al lugar que ocupo entre las cosas. Me abrazo a una algarabÃa mundanal, a la futilidad de los motores y las risas […]