Ser una chica adolescente ya es suficientemente complicado como para, además, tener que soportar los prejuicios y comentarios socarrones de quien se cree en el derecho de opinar sobre tus aficiones.
Ser una chica adolescente ya es suficientemente complicado como para, además, tener que soportar los prejuicios y comentarios socarrones de quien se cree en el derecho de opinar sobre tus aficiones.