La lectura de las memorias de Buñuel, «Mi último suspiro», nos aproxima a la vida de un observador de la esperpéntica vida de los sueños. Un surrealista que creyó en el poder del escándalo y que jamás contuvo la risa frente a las proclamas de cualquier poseedor de la verdad.
El barrio del Principito
El niño estrujaba ligeramente, contra su estrecho pecho, el libro de encuadernación carmesí. Era como el Principito en un barrio de droga y miseria…