Prostitución es la obra que tanto éxito ha tenido en el Teatro Español durante los meses de enero y febrero. En primer lugar, por atreverse el director, Andrés Lima, a tratar uno de los temas tabú por excelencia en la sociedad española y en segundo, por confluir en la obra una gran variedad de géneros y fórmulas que proceden del cine, la televisión o los medios periodísticos, logrando un formato documental y cabaretero de lo más atrayente. Ahora bien, aquí no venimos a divertirnos. Se trata de un espectáculo dialéctico, puro teatro político de Bertolt Brecht, con el que se pretende abrir un gran melón: el debate acerca de la prostitución. ¿Regulación o abolición? ¿Hay alguna otra solución?

Al tema que ya de por sí suscita un morbo sensacionalista en el espectador, ha de sumársele un gran elenco de actrices compuesto por Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste (recientemente galardonada con un Goya). Ellas representan a las protagonistas de la obra, las diferentes prostitutas, y digo diferentes porque  así son sus trayectorias o experiencias vitales que determinarían su futuro, diferentes son también sus maneras de ejercer, pero, sobre todo, de pensar la prostitución.

No obstante, sin ánimo de desvelar la trama, desgranaremos eso que verdaderamente importa: los simbolismos y discursos que interpelan al auditorio poniendo de manifiesto una cruda realidad que lejos de afectar únicamente a las que ejercen la prostitución, afecta a todas y cada una de las mujeres, y a la sociedad en último término. La periodista, escritora y activista sueca Ekis Ekman lo tiene claro: «la prostitución es la asociación del capitalismo y el patriarcado […] Se comercializan funciones básicas». También apunta que esto constituye la clase de opresión histórica que ha dividido a las mujeres en putas y santas y que se trata de un sistema estructural contra el que debemos luchar. Pero ¿qué es lo que nos encontramos en la obra Prostitución? ¿Acaso esto es algo novedoso?

Puesta en escena

Durante las dos horas que dura la obra el escenario no varía. Lo primero que una ve en cuanto toma asiento es una larga pasarela que conduce a un gran contenedor de mercancía. ¿No se toma el cuerpo humano como mercancía en la prostitución?

La escenografía concebido por Beatriz San Juan parte de ese elemento central para mostrar explícitamente la condición a la que queda reducido el cuerpo en este contexto. «La intención es que el público venga como el que va de putas y acabe saliendo con la sensación de haber estado en la piel de una de ellas», sentencia.

Prostitución (obra)
La obra se ha representado a lo largo de todo el territorio español y lo seguirá haciendo si la pandemia lo permite. Foto: El País

Sobre estas bases, en el escenario, como a pie de calle, son dos las posiciones que se manifiestan en lo referente a la prostitución: por un lado, tenemos el discurso regulacionista, y por otro, el abolicionista. Todo ello, metiendo en el guion los textos y reflexiones de hace tiempo de dos mujeres que fueron violadas y ejercieron en su día la prostitución, Virginie Despentes y Amelia Tiganus.

Un mismo tema, prismas opuestos
Virginie Despentes

Autora del autobiográfico ensayo Teoría King Kong (2006), Virginie Despentes es una referente del posfeminismo en Francia. Comenzó a interesarse por el movimiento feminista tras leer a Camille Paglia, quien dice que le permitió imaginarse como guerrillera tras ser violada. De Paglia aprendió que no era más que una «víctima ordinaria de algo que se puede esperar cuando se es mujer y se quiere correr el riesgo de salir al exterior». En cuanto a la prostitución ella la ejerció por cuenta propia y dice:

Me gustó inmediatamente el impacto que causaba en la población masculina, el carácter exagerado, casi teatral, el cambio notable de estatus. Yo que hasta entonces era una tía casi transparente, pelo corto y zapatillas sucias, me había convertido bruscamente en una criatura de vicio. La gran clase. Parecía Wonder Woman, que da vueltas en una cabina de teléfono para acabar saliendo convertida en superheroína; todo eso era divertido.

Virginie despentes

En síntesis, Virginia Despentes se considera una mujer de izquierdas, que critica a la burguesía liberal francesa por su mojigatería y entiende que se debería regular la prostitución para minimizar riesgos. «Los hombres suelen ser más respetuosos con las putas que con su propia esposa o una chica con minifalda en el bus», declaró en una entrevista.

Amelia Tiganus

Amelia Tiganus es una activista abolicionista rumana que fue vendida por 300 euros a un proxeneta español con tan solo 17 años. Llegó así a nuestro país para ir de prostíbulo en prostíbulo tratando de pagar la deuda acumulada a su proxeneta. Consiguió salir de aquel martirio y contar su historia en La revuelta de las putas (2017), donde se refiere a los prostíbulos como campos de concentración. Dice sentirse privilegiada por poder pensar, algo tan humano que le fue arrebatado a través de los muchos tipos de violencia que sufrió. Durante sus años como prostituta Tiganus dividió en tres categorías a sus clientes:

Está el que quiere una performance romántica, que te hagas pasar por su novia. Son extremadamente narcisistas. Parecen que son los buenos porque nos tratan bien y pagan, pero tienes que soportar sus caricias, sus besos… No puedes evadirte, es insoportable. El segundo grupo lo engloban quienes piden una actitud ninfómana y en el tercero están los torturadores. Disfrutan haciéndote sufrir. Te paralizas. No hay clientes buenos

Amelia tiganus

Amelia Tiganus está harta de que se equipare la prostitución con un trabajo más, considera que debemos abolirla sin medias tintas, castigar a los puteros y tomar el modelo nórdico como referencia.

Abierto el melón…

Historias hay muchas, tantas como prostitutas y es necesario escucharlas, porque quedarse de brazos cruzados no es una opción. Hoy los feminismos se encuentran más enfrentados que nunca, entre otras cosas, debido a debates como este mismo que son aprovechados por terceros para debilitar la lucha. Pero la interseccionalidad no se trata de dar y quitar carnés feministas que, por existir, ni existen. Se busca escuchar, entender y comprender para construir juntas un futuro más justo. A cuenta de cada una está tomar una posición u otra.

Que este sea nuestro talón de Aquiles y uno de los temas que más enemistades genere dentro del movimiento es preocupante. En realidad, este melón lleva abierto desde hace mucho tiempo, y aunque sea completamente recomendable ir a ver Prostitución, que a pesar de tocar todos los posicionamientos rezuma a abolicionista… ¿Por qué se ha puesto todo el mundo de acuerdo en hablar sobre ello ahora?

Sigo buscando una respuesta.

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Estudio Humanidades y Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Desde Getafe colaboro habitualmente en lamordaza.com. Interesada en estudios de género, green studies y movimientos sociales.
De cafés, lectura y escritura vivo o más me gustaría.


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